Comienza septiembre, y con él, la vuelta al cole. Una vuelta diferente, en la que además de comprar rotus nuevos o carpetas, tenemos que incluir mascarillas e hidrogel.
Donde además de decorar la clase con murales, fotos y dibujos (plastificados, eso sí, para facilitar la desinfección), también tenemos que poner carteles sobre distancia de seguridad, normas de desinfección, etc. Un curso donde además de repasar programaciones y documentos habituales, también debemos conocer el plan de contingencia y protocolos de seguridad.
Además, este curso, implica un cambio total; ya no trabajo en cole de ciudad, ni en cole bilingüe. Aprenderemos y creceremos en un centro rural, rodeados de montañas, viñas, y con un número tan reducido de niños y niñas que nos permite llevar a cabo todo tipo de actividades y proyectos mucho más individualizados.
Pero si hay algo que ha marcado este inicio de curso, son las inmensas ganas que tanto las seños como los niños y niñas teníamos de volver al cole, a nuestros rincones, a nuestros juegos, a nuestras rutinas y, sobre todo, a una educación diferente en cuanto a la forma, pero igual en cuanto al cariño y a la ilusión. ¡Volvemos al cole!